Por vacilarlarle a los reyes sus majestades católicos mulsulmanes jesuscristianos de la iglesia del saber periodístico del estado de Amarillo, con el apoyo de la mitad del senado y sus senadores pervertidos, han condenado a la muerte mortífera al astronauta fugitivo.
El hecho es que el individuo elemento subversivo y descarado, en media clase magistral sobre los principios y los finales del periodismo del siglo XXI, se levantó ante el asombro de los parroquianos y lo hizo: cruzó su brazo izquierdo con el derecho en forma de cruz.
¡BUTIFARRA!
Y salió cagando hostias. Miraba a todo su derredor jodidamente perturbado, paranoico. ¡Pero qué liberado! ¡Ole! Corriendo como si se le quemaran las adidas de tres rayas.
Saca las llaves mientras le persiguen el jefe de El Periódico, sus compañeros, el jefe de la agencia EFE, la CIA, el FBI, el MOSAD, la profesora de primaria y la profesora de profesionales de la información en el mundo supermegaultramodernomegaguaiquetecagas.
No hace falta que te diga que se tropieza justo antes de llegar. Y en medio picado hacia el suelo, al que apunta con su cara, mete la llave en el cerrojo de la nave. Se levanta con los morros encharcados de sangre y con sabor a piedra. ¡Uhm! ¡Que regusto amargo y dulce!
Dentro de la nave, mete la llave en el contacto y gira. Five, four, three, two, one, go.
La nave despega. El proscrito al espacio y el futuro del periodismo en tierrra mirando al cielo,viendo por primera vez las estrellas, las constelaciones y la chatarra espacial y las nubes y los rayos.
That's life. T'hat's what all the people say.
sábado, 25 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario