Todos se quedaron asombrados y anonadados con ese espectáculo, excepto el FBI, que son señores y señoras muy duros, entrenados durante años para no sentir nada cuando ven la estrellas, las constelaciones y todas las demás cosas del espacio. Ellos, son agentes federales. Con eso quiero decir que son de los superunidos estados de América. Tan unidos tan unidos como dos hermanos siameses, pero en vez de dos son un montón, son familia numerosa. Igual que los siameses, estan tan unidos que sólo una operación muy compleja los prodría separar. Algo como hacer caer la bolsa de Nueva York o que Los Ángeles Lakers descendiaran a segunda división b.
Bueno, pues estos señores, además de duros, se caracterizan por tener unas carteras chulas con plastiquito transparente en el que, en vez de poner el DNI, o fotos de sus cónyugues o sus hijos, ponen unas targetas que los identifican como agentes federales, de los estados federales y del FBI.
Vamos de nuevo. Como iba diciendo. Pues estos señores, en vez de quedarse totalmente planchados, corrieron hacia su país a buscar una nave de la NASA (organización de la que ya te hablaré otro día), la llenaron de gasolina sin plomo del 95 (crisis things) y arrancaron para perseguir al astronauta fugitivo, que por cierto, no te lo tenía que decir, pero era yo.
El prófugo dió dos vueltas a la luna, mareado encaró a Júpiter y echó la marcha atrás. De culo entró en la tierra y en un callejón de París, tranquilo, perdió al FBI. Entró en una pequeña taverna, tomó una copa de vino y, en mitad, alguién entró tras él. Dejó la copa en la mesa.
domingo, 9 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Edu, se espera la tercera parte. Espero que la gran diferencia de fechas entre la primera y la segunda parte no sea igual que la diferencia de fecha entre la segunda y la tercera parte (esto es como la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte).
Lo dicho, que es muy fresco. Me gusta el estilo.
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